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sábado, 25 de febrero de 2012

EL JARDÍN DE ROSAS

ARTE Y JARDINERÍA Diseño de jardines

El jardín de rosas en Diseño de Jardines



Desde antes de la época romana jardineros y poetas han reverenciado el rosal como la reina de las plantas floridas por la extraordinaria belleza de sus flores. La familia de los rosales ofrece una gama extraordinaria en el colorido de las flores, en su aspecto y perfume, ya sea la pureza sencilla de la rosa salvaje, el encanto suave y apastelado de una rosa antigua de jardín, ya el brillo enjoyado de las híbridas modernas.

En cuanto a su hábito de desarrollo, su altura y su follaje, pocas plantas son tan variadas y versátiles como la rosa. Es posible vestir todo el jardín de flores de rosas, desde la delicadeza de un pequeño rosal de tiesto hasta la masa espumosa de un gran rosal trepador. Cultivada a solas en el esplendor de un jardín formal o elevado la calidad de la profusión de una plantación mixta, los rosales resumen la gloria de un jardín en un día de verano.

DISEÑO CON ROSALES

Ya sea eligiendo cultivar antiguas rosas de jardín por la gracia de su hábito, follaje y aroma, o rosas modernas por su larga estación de florecimiento y sus flores vistosas, la diversidad de la familia de las rosas posibilita encontrar una planta para casi cualquier estilo y talante de plantación, ya sea de un clasicismo discreto o de una informalidad lujuriosa.

Los rosales son plantas adaptables que crecen, afortunadamente, en casi todas las partes del mundo. Son más vigorosas en las regiones cálidas y templadas, aunque algunas se adaptan bien a regiones subtropicales o frías. En climas cálidos, pueden florecer continuamente a lo largo de todo el año.

Elección de los rosales

La cantidad de cultivares de rosales es desconcertante, y cada año se añaden unas nuevas a la lista. Antes de hacer una selección final merece la pena visitar algunos jardines establecidos, con el fin de observar la mayor cantidad posible de rosales en tales condiciones. Hágalo a lo largo de un período de tiempo para poder valorar los hábitos, alturas eventuales, salud, vigor, fragancia, color y resistencia al sol, continuidad de florecimiento y todas las características deseables de un buen rosal.

La mayoría de las asociaciones nacionales de rosas publican listas dando detalles de dónde pueden comprarse especies de rosas y cultivares provistas por los viveros miembros, lo que a veces resulta inestimable para localizar a los proveedores de los rosales menos comunes.


Fragancia

Desde siempre, las rosas se valoran por su perfume; la mayoría de las antiguas especies de jardín y algunas modernas poseen perfumes encantadores y diversos, con rastros de clavo, almizcle, miel, limón, especias, e incluso té, además de la <<verdadera fragancia>> a rosas. No resulta fácil ser específico con respecto al aroma de las rosas, ya que su carácter e intensidad pueden variar en gran medida según la hora del día, el aire, la humedad, la edad de la flor y la <<nariz>> de cada uno de los jardineros: algunos encontrarán fragante a algún cultivar en particular, otros no.

En la mayoría de los casos resulta necesario acercarse bastante para olerlas; la mejor manera de disfrutarlas es plantadas cerca de una puerta o ventana donde su aroma podrá flotar dentro de la casa en los atardeceres veraniegos, alrededor del patio o a lo largo de un sendero o en una ubicación protegida del jardín. Otras, especialmente muchas de las trepadoras sobre árboles, están tan perfumadas que pueden embriagar todo el jardín.

Color de las flores

Las rosas modernas poseen casi todos los colores del espectro, desde pasteles pálidos hasta los rojos y amarillos audaces y brillantes. La rosa azul continúa siendo materia de leyendas, a pesar del uso de la palabra <<azul>> en cultivares como ‘Blue Moon’, que, en realidad, es lila pálido. Las rosas antiguas de jardín van desde el blanco, pasando por el más pálido de los rosa encarnado, rosa intenso, carmesí y violeta, hasta el púrpura; muchas tienen rayas rosas y blancas o blancas y púrpura. La mayoría coordina bien entre sí y con otras plantas, pero al combinar demasiados colores brillantes – por ejemplo, bermellón brillante con rosa cereza – podría crear un efecto discordante. Plante rosas blancas o de colores pastel entre grupos de colores más intensos para moderarlos y evitar que desentonen.

Formas de flores

La gran familia de las rosas comprende una gran variedad de formas de flores, desde las sencillas flores individuales de la especie hasta las flores elegantemente enrolladas de las modernas y la complejidad tipo repollo de muchas de las antiguas.



Color del follaje

Además de producir una bonita exhibición floral, algunos grupos de rosales proporcionan color por otros medios para extender la estación de interés. Las Alba y muchas de las especies tienen un follaje agradable, desde un verde – gris suave hasta un verde – azulado profundo y lustroso, haciéndolas atractivas aun cuando el arbusto no está en flor. El follaje verde brillante de las Rugosa poseen una textura arrugada y, plantadas como setos, ofrecen un buen contrafondo para otros plantados. Las hojas de algunas especies son de color púrpura – ciruela, como R. glauca, mientras que el follaje de algunas, como R. virginiana, adquiere colores vívidos del atardecer en otoño.

Escaramujos decorativos o espinas

Las Rugosa con flores individuales o semidobles también desarrollan escaramujos rojo brillantes y decorativos al final de la estación de floración. También algunas de las especies, como R. moyesii y sus híbridos, producen escaramujos decorativos en otoño, que van desde el naranja y amarillo, pasando a través de tonos de rojo, hasta un púrpura negruzco.

Emplazamiento en el jardín

Uno de los emplazamientos mejores para los macizos de un jardín de rosas es un césped verde y liso, pero los tonos sutiles grises y miel de un pavimento de piedra pueden resultar igual de atractivos. Un sendero de ladrillos dulcificado por el tiempo podría complementar unos rosales a un lado, especialmente uno de tonos pálidos y suaves. Sea cual fuere el material, evite los dibujos multicolores que podrían entrar en competencia con los rosales. La grava, aunque de apariencia y textura agradables, podría ser laboriosa de mantener, ya que pronto aparecen las malezas u las piedras pueden dispersarse o desaparecer en el suelo.

Para enmarcar un macizo de rosas pueden utilizarse plantas de orla. Un tradicional seto de boj resulta un límite formal, pero se pueden utilizar muchas otras plantas informalmente, en especial las de follaje verde – gris o gris – plata.

Muchas de las especies e híbridos de Geranium, en particular aquellas de flores azules, resultan especialmente atractivas, e incluso es posible cultivar rosas en miniatura – de colores contrastantes o complementarios – del lado soleado del macizo.

Jardines formales de rosas

El modo más popular de cultivar rosas es en un jardín formal, dedicado a exhibir la excelsitud de las rosas en macizos cuyas formas deben reflejar la elegancia clásica de la planta. En general, se utilizan arbustos grandes o de flores arracimadas y estándares como plantas de macizo permanentes, agrupadas en bloques de color. El desarrollo más bien vertical y tiesto de muchos arbustos se presta a la formalidad del macizo y tiende a no mezclarse tan bien con otras plantas, aunque es posible plantar al pie de los rosales en forma atractiva.

Si mezcla cultivares de rosas en el mismo macizo, plante no menos de cinco o seis del mismo cultivar juntos en un orden regular para obtener sustanciales masas de color; no todos los cultivares alcanzan el zénit de floración al mismo tiempo. Un jardín plantado con variantes de un tema de color, por ejemplo rosas pálidos e intensos con un toque de blanco, crea un efecto armonioso más agradable que introduciendo una multitud de colores.

Al plantar, tenga en cuenta las variaciones de las alturas de los diferentes cultivares. Elija cultivares de alturas más o menos uniformes para un macizo en zonas abiertas.

Un macizo de rosas cuyo fondo es un muro o seto resulta más atractivo si los rosales de la parte delantera son más bajas que las de atrás.







Plantaciones informales

Es posible aprovechar el encanto de las rosas en una amplia gama de esquemas de plantado, en especial con plantas herbáceas y otros arbustos. De la multitud de rosas de arbusto, miniatura, trepadoras y tapizantes de tamaño y hábitos variados, se pueden elegir las adecuadas para cualquier emplazamiento del jardín.

Los rosales combinan bien con otras plantas; por ejemplo, las rosas miniatura dan color en verano y altura a una plantación de plantas de rocas, que florecen principalmente en primavera; y una tapizante cubrirá un ribera con flores fragantes. Probablemente la creencia que las rosas no se mezclan con otras plantas proviene de la época en que muchos cultivares eran grandes y desgarbados y no se adecuaban a los esquemas de macizos de aquel tiempo. Se las cultivaba en jardines cerrados y separados para proporcionar flores para la casa.

Sin embargo, hace tiempo que se ha reconocido que no es necesario criarlos de forma aislado.

Plantación al pie de un macizo de rosales

La exhibición en un macizo de rosas puede realzarse y extenderse más allá de la estación de florecimiento, cultivando plantas de raíces poco profundas entre las rosas. Una amplia gama de plantas tapizará el suelo y ofrecerán un contrafondo de colores, texturas y formas contrastantes. Las violetas (Viola) son unas de las favoritas: los cultivares blancos, azul suave y malva se complementan bien con las rosas. Sin embargo, todas las plantas tapizantes dificultan el agregado de <<mulch>>. Tenga cuidado de no pisarlas al rociar un macizo de rosas especialmente ancho.

Terrazas

Es posible utilizar terrazas en una ladera empinada para convertir un emplazamiento difícil en un llamativo escaparate para rosas. Proporcionan zonas los bastante planas para plantar y retienen la humedad que las rosas requieren, además de crear llamativas gradaciones de altura y perspectivas. Los muros de las terrazas ofrecen el mejor aspecto si se los construye de ladrillo gastado o piedra suavizada por el tiempo. Plante rosas de arbusto en los macizos de las terrazas y plante las reptantes y tapizantes para que se derramen sobre los muros de retención, creando cortinas de flores.

Los macizos en terrazas más pequeñas también resultan ideales para el cultivo de rosales en miniatura. Es mucho más fácil apreciar la belleza y el perfume de sus flores minúsculas si están situadas un poco por encima del nivel del suelo.

Plantas individuales o especímenes

Un rosal plantado en solitario se convierte en un elemento individual bonito, tal vez sobre un césped o para marcar un centro de atención en un jardín, a condición de que sea excepcional en su tipo; cualquier defecto sería inmediatamente apreciable. Utilizadas así, las estándar lloronas son especialmente llamativas.



Fuente: Enciclopedia de Jardinería
The Royal Horticultural Society

1 comentario:

  1. Gracias a todos los que con tanto trabajo y dedicación hacen posible que podamos disfrutar de tan extraordinario contenido y bellos resultados

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