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lunes, 4 de julio de 2011

Plantas carnívoras


ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines

Las plantas carnívoras y los distintos tipos de trampas que emplean





¿Qué son?

Son plantas capaces de atraer, atrapar y digerir pequeños animales y aprovechar los nutrientes obtenidos. Conocemos alrededor de 600 especies de 14 géneros diferentes. La captura se realiza mediante hojas transformadas para ese fin, llamadas trampas. Hay trampas que efectúan movimientos para atrapar presas, son trampas activas. Otras no hacen movimiento alguno (trampas pasivas). La digestión puede realizarse mediante enzimas producidas por la propia planta (digestión activa) o mediante bacterias o microorganismos que descomponen las presas (digestión pasiva). Las presas suelen ser insectos o microorganismos, aunque ocasionalmente se han encontrado pequeños moluscos, reptiles, aves o incluso ratones en trampas de plantas grandes, si bien suelen ser capturas accidentales. Todas las especies son totalmente inofensivas para los humanos. Hay una gran diversidad de plantas carnívoras, por lo que el tamaño, las formas, los métodos de captura, los hábitats y los cuidados requeridos en el cultivo varían considerablemente.

Las plantas carnívoras están distribuidas por todo el mundo, menos en los desiertos y en los polos. Algunos géneros están muy extendidos, como Drosera o Utricularia, que son omnipresentes, o Aldrovanda; otros están muy localizados y se encuentran sólo en un área de distribución muy limitado, como Cephalotus. Suelen crecer en lugares siempre o temporalmente húmedos y sobre substratos muy pobres en nutrientes, por ejemplo en pantanos, ciénagas, rocas que rezuman agua..., otras son completamente acuáticas.

En España podemos encontrar varias especies de plantas carnívoras, como Drosera rotundifolia, Drosophyllum lusitanicum, Pinguicula grandiflora, P. longifolia, P. mundi, P. lusitanica, P. nevadensis, P. vallisneriifolia y varias especies de Utricularia acuáticas.

Tipos de trampas

Hay 5 tipos de trampas:

Trampas jarro: son trampas pasivas. Las presas resbalan sobre el borde resbaladizo de las hojas en forma de jarro y caen hasta el fondo, donde se ahogan en un líquido y son digeridas.


 • Trampas pegajosas: pueden ser activas o pasivas. Las hojas están provistas de tentáculos que segregan un líquido pegajoso. Las presas son descompuestas por líquidos digestivos y los nutrientes absorbidos por las hojas. Las trampas activas incluso se pueden enrollar sobre las presas.

   • Trampas maxilares: son trampas activas. Cuando una presa se posa sobre una trampa, ésta se cierra, atrapándola en su interior, donde es digerida.



• Trampas de succión: son activas. Cuando una presa se acerca a una vesícula, provista de un complicado mecanismo, ésta la absorbe rápidamente y la digiere.   

  •  Trampas de nasa: son trampas pasivas. Las presas
    son atraídas al interior de un tubo del que no pueden salir, ya que unos pelos colocados en dirección contraria se lo impiden. Así, las presas son dirigidas a una cámara donde finalmente son digeridos.
Ventajas y desventajas del carnivorismo

  Gracias a la posibilidad de obtener nutrientes a partir de pequeños animales, las plantas carnívoras tienen una enorme ventaja frente a otras plantas, ya que pueden habitar suelos donde pocas plantas pueden hacerlo. Se ha comprobado que aquéllas plantas que cazan presas crecen y se reproducen mejor que las que no lo hacen. Sin embargo, el carnivorismo tiene un alto coste de oportunidad, ya que al producir trampas se pierden partes destinadas a la fotosíntesis. Además, los rápidos movimientos de las trampas y la producción de secreciones en algunas especies provocan una notable pérdida de energía si a continuación del "esfuerzo" no fuera posible atrapar y digerir la presa.

Clasificación

Los nombres científicos se escriben siempre en cursiva para no confundirlos con los nombres comunes. El nombre científico de una planta consta del nombre del género en primer lugar y del nombre de la especie en segundo lugar (por ejemplo: Pinguicula (género) grandiflora (especie). Además, hay diversas subespecies, variedades... (p. ej.: Pinguicula grandiflora subs. dertosensis).

     Los híbridos (cruces entre especies diferentes) se escriben poniendo en primer lugar el nombre científico de la planta productora de las semillas (por ejemplo, Drosera filiformis), después una "x" (signo de hibridación), y en último lugar el nombre científico de la especie de la que procede el polen (por ejemplo, Drosera intermedia). El resultado sería: Drosera filiformis x intermedia. Algunos híbridos son tan comunes que se les han asignado nombres propios, pero siempre tendrá que aparecer el signo de hibridación (x) entre el nombre del género y el nombre atribuido al híbrido, que también estará en cursiva. Por ejemplo, el híbrido Drosera filiformis x intermedia recibe el nombre de Drosera x hybrida.

Las nuevas variedades artificiales de plantas carnívoras obtenidas por selección o mutación (llamadas "cultivars") también reciben nombres propios que se deben registrar, pero estos no pueden estar en latín. Si esa nueva variedad procede de una hibridación artificial, entre el nombre del género y el nombre atribuido debe constar también el signo de hibridación (x). Ése es el caso de Pinguicula x weser o Pi. x sethos.

Historia

Las plantas carnívoras se encuentran sobre la mayor parte del mundo y muchas se conocen desde antaño. Las primeras referencias sobre especies europeas datan de la Baja Edad Media. Posteriormente se descubrieron y describieron los géneros Sarracenia (1570) y Nepenthes (1658). Eso sí, se ignoraba que las plantas podían digerir pequeños animales, ya que aquello no encajaba en absoluto en la mentalidad teocéntrica de la época. Aunque había ciertas sospechas de que las plantas consumían las presas que "accidentalmente" capturaban, aquello era considerado imposible. Las cosas cambiaron con el descubrimiento de la Venus Atrapamoscas (Dionaea muscipula), en la que el carnivorismo vegetal se hace de lo más evidente. Después de su descripción por John Ellis (1770), el padre de la botánica moderna, Linneo, comentó que eso del carnivorismo en plantas iba en contra del orden divino de la naturaleza y lo consideró poco menos que blasfemia. Desde entonces, y hasta 100 años después, nadie lo volvió a mencionar; hasta que el biólogo vanguardista Charles Darwin estudió varias especies de Drosera, Utricularia, Pinguicula y Dionaea, definiéndolas "plantas insectívoras". Aquello fue una "provocación intolerable" (según el clero) y, al igual que las demás teorías de Darwin, fue ridiculizado. Se inventaron numerosas leyendas terroríficas sobre plantas y árboles que devoraban humanos, que aún hoy día están presentes en novelas, películas, comics... En 1875, Darwin publicó su libro Insectivorous Plants. Hoy día se conocen alrededor de 600 especies carnívoras y cada año se van descubriendo más.

Cultivo

Las plantas carnívoras son tan fascinantes que cautivan a cualquiera que las descubra en viveros o floristerías, de ahí que muchas sean compradas por impulso, sin que sus nuevos dueños se hayan informado sobre ellas y sus cuidados. Entonces son tratadas como plantas "normales" y no suelen tardar en "despedirse". Por eso a menudo son consideradas plantas muy difíciles y no se vuelve a intentar su cultivo, aunque la realidad es que muchas no son tan exigentes como se dice. Eso sí, como plantas extraordinarias que son, necesitan unos cuidados específicos (que no por ser especiales son "difíciles"). Sabiendo esto, es importante que, para evitar frustraciones, compres sólo plantas que podrás mantener con éxito, informándote antes de adquirirlas sobre sus necesidades. En estas páginas encontrarás toda la información necesaria para elegir y adquirir tus (¿primeras?) plantas carnívoras y cultivarlas con éxito durante muchos años. Dado que muchas de ellas están amenazadas, exige la documentación CITES siempre que compres especies protegidas. 


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