FORDÍTÁS - TRADUCETI - TRADUIRE - VERTALEN - TRADUCI - ÚBERSETZEN - TRANSLATE - ترجم - TRADUCIR

Buscar en este blog

lunes, 4 de julio de 2016

DISEÑO DE JARDINES. LAS PLANTAS Y LA SEQUÍA. Una diversidad poco conocida

ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES

LAS PLANTAS Y LA SEQUÍA. Una diversidad poco conocida



En los jardines, la sequía se percibe como una limitación. Todos hemos sido influidos por el modelo de los jardines de clima templado, donde los arbustos bien regados y las vivaces lozanas delimitan un paraje perfecto. Cada mes, las revistas de jardinería nos hacen soñar con jardines preciosos, la mayoría de veces situados en el centro o norte de Europa. Las bonitas fotos de los libros hortícolas transmiten la imagen de escenas campestres, donde se mezclan rosales y clemátides. Pero en el sur estas condiciones ideales son un sueño inalcanzable. En vez de una luminosidad tenue, aquí tenemos un sol abrasador; en vez de una tierra opulenta, las ocas de la garriga. Cuanto más seco es el clima, más difícil parece crear un jardín, como si se tratara de una batalla retomada sin cesar en contra de un ambiente hostil.

Sin embargo, la sequía ofrece extraordinarias posibilidades de
jardinería. Paradójicamente, es en Inglaterra donde, gracias a una larga tradición de pasión hortícola y de investigación botánica, se han reunido las principales colecciones de plantas resistentes a la sequía. Las cuidan celosamente como si se tratara de rarezas preciosas, cultivadas en rocallas sobrealzadas por un drenaje perfecto, a veces mantenidas a cubierto para protegerlas del exceso de humedad invernal.

En el célebre jardín de la Royal horticultural Society de Wisley, al sur de Londres, los aficionados arden en deseos de admirar una rocalla sofisticada reconstituida bajo invernadero. Los tesoros que allí se encuentran son las plantas silvestres que muy a menudo nadie se toma la molestia de mirar en los márgenes de nuestros caminos en toda le región mediterránea: Rhodanthemum de Marruecos, Erodium de Grecia o Sideritis de Turquía. Mientras que los aficionados ingleses se enorgullecen de sus colecciones de plantas para terreno seco, los jardineros del Sur riegan desesperadamente sus parajes para obtener poco más que una copia mediocre de los jardines ingleses.

Más que la sequía, suele ser la mala utilización del riego lo que
limita la variedad en los jardines mediterráneos. Un gran número de plantas de terreno seco son, en efecto, fáciles de cultivar siempre que se respeten sus condiciones de origen, pero se vuelven terriblemente caprichosas en el momento que se las intenta regar en verano. Las jaras de nuestras garrigas, los Ceanothus que cubren las colinas en California o las alcaparras que emergen de los acantilados en Sicilia, no solo tienen que soportar la acción combinada del calor y la humedad, sino que el riego durante nuestros veranos ardientes les resulta a menudo aún más fatídico.

Si riega durante el período del calor, nunca podrá acoger en su jardín la auténtica gama de plantas adaptadas al clima mediterráneo. La bella Salvia candelabrum no será más que un sueño y el magnifico Fremontodendron cubierto de flores amarillas no tendrá cabida. Y tampoco sueñe con el azul vibrante de Lithodora fructicosa, ni con las flores rosas, dulces y sedosas de Ebenus cretica; el riego las matara con tanta seguridad como lo haría una elevada dosis de herbicida.

El riego automático es uno de los peores inventos del jardinero
mediterráneo moderno. Aunque creamos que nos facilita la vida, en realidad nos limita radicalmente la gama de plantas que podrán vivir en nuestro jardín. sin darnos cuenta, participamos en la uniformización de la paleta vegetal hortícola. Región tras región, los jardines acaban por parecerse todos, perdiendo así su propia identidad vinculada al clima y al suelo.

¿Qué va a pasar si se deja de regar? Sin lugar a dudas: que las plantas que necesitan agua simplemente morirán, unas detrás de otras. Pero ¿qué nos quedará entonces? Todo el mundo teme no
tener más que un jardín triste, con terrenos polvorientos en los que solo subsistirán plantas espinosas o arbustos esmirriados. Instintivamente, tenemos la idea de que el agua conlleva riqueza y diversidad, y que la sequía limita las posibilidades de jardinería en clima mediterráneo. Sin embargo, ¡es exactamente al revés! La mayor parte de los jardineros lo ignoran: la flora es mucho más rica en las regiones de clima mediterráneo que en las regiones de clima templado.

Algunas cifras permiten poner en perspectiva esta diversidad. Si
bien la zona de climas mediterráneos representa buena parte de la Península Ibérica, y por ende la flora mediterránea peninsular es también mayoritaria, en Francia, más del 60% de las especies vegetales se hallan concentradas en la zona mediterránea, que no representa, sin embargo, más que una muy pequeña parte del territorio.

En toda la Europa no mediterránea no crecen más de 6000 especies, mientras que en el sur de España, l,a provincia de Almería cuenta por sí sola con más de 2600 especies. La flora de la región mediterránea es una de las más ricas del mundo: aquí crecen 25000 especies de plantas, osea; cerca del 10% de la flora de todo el mundo. A escala mundial, los botánicos han elaborado una lista de cerca de 75000 especies de plantas sometidas a un régimen de especial sequía estival, procedentes de diferentes regiones de clima mediterráneo del mundo y de sus regiones adyacentes.

Una prueba de esta diversidad es que, a menudo, en las regiones secas el número de especies que no crecen en ningún otro sitio, es el más elevado. Así, por ejemplo, en África del Sur, la región del Cabo, que cuenta con un clima de tipo mediterráneo, alberga la extraordinaria cifra de 5800 especies de plantas endémicas - a modo de comparación, en el clima húmedo de Gran Bretaña, en una superficie más de tres veces superior, dolo hay un total de 20 especies endémicas.

Para sobrevivir en un medio difícil, las plantas de clima seco se han tenido que especializar en el transcurso de su evolución. Se han diversificado hasta el extremo de adaptarse a las múltiples condiciones del suelo, exposición, latitud o altitud. Lejos de limitar la flora, la sequía, pues, ha favorecido, a lo largo de varios milenios, la diversidad de las plantas en las regiones de clima mediterráneo. 


Esta diversidad es una fuente inagotable para los jardines. ¿Sabe cuántas especies necesita para crear su jardín? De termino medio, entre 100 y 200, y quizás unas cuántas más si su terreno es muy amplio o si es un verdadero apasionado de la botánica. Comparado con la extraordinaria riqueza de las plantas de clima seco, el número de especies que le hace falta es sencillamente insignificante. Así, pues, ¡no tenga miedo! Atrévase a desconectar el programador, a cortar los horrorosos sistemas de gota a gota y a quitar los aspersores. Deje que sea la naturaleza la que haga el trabajo en su jardín. Y, si una planta desaparece, ¡perfecto! Simplemente no se habrá sabido adaptar y así le dejará un hueco para otra planta más resistente.

Las plantas para jardín seco proceden en gran medida de las
diferentes regiones de clima mediterráneo, definido por los veranos calurosos y secos, y por los inviernos húmedos, unas veces más templados y otras, más fríos. Estas regiones están situadas en Chile, en California, en África del Sur, en Australia y a lo largo de la región mediterránea.

Pero también hay algunas plantas muy interesantes para el jardín seco que proceden de zonas de transición entre las regiones de clima mediterráneo y las regiones adyacentes: montañas, estepas áridas o franjas de desiertos. La diversidad de los medios, la riqueza de la flora y la belleza de los paisajes de las regiones secas del globo suelen ser muy poco conocidas por los jardineros. Sin embargo, para comprender las posibilidades de adaptación de una planta a su jardín, es tremendamente útil conocer su origen geográfico y en el medio en el que crece.



Fuente: El jardín sin riego. Olivier Filippi.
Ediciones Omega




1 comentario:

  1. Que razón tienes y es que lo nuestro sistematicamente lo infravalorados. Esperemos que haya más jardineros valientes que se atrevan a poner en valor esas herbáceas que tanto valoran otros. Magnífico artículo.

    ResponderEliminar