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viernes, 16 de agosto de 2013

Diseño de Jardines. Estilos de Huertos

ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES

Como diseñar un jardín mezclando flores, arbustos, hortalizas, frutales...




Potager exuberante

Potager significa en inglés una serie de hortalizas dispuestas de una forma convencional y mezcladas con flores, frutas o cualquier planta que las haga, además de útiles, decorativas.

Villandry, el gran castillo renacentista situado al oeste de Tours, en Francia, tiene el potager más famoso del mundo. Hay hectáreas de potager divididas en nueve cuadrados idénticos, cada uno con un arreglo diferente de macizos de flores bordeados por setos de boj. Esta idea ha sido copiada en todo el mundo.

Si piensa hacer un potager, evite sembrar muchas plantas perennes porque reducirán sus posibilidades de cambio. Plante hortalizas con flores anuales como azulejos o amapolas californianas e intente bordear los macizos de flores con pensamientos en lugar de hacerlo con boj.

Utilice estructuras decorativas para dar altura a las plantas. Puede probar una pirámide de judías de enrame o un arbolito de laurel recortado como en el
exuberante potager de Kinoith, en el suroeste de Irlanda, donde a un lado del sendero crecen las capuchinas junto a las lechugas rizadas, al otro, los pensamientos junto a las lechugas, y sobre la glorieta crece un lúpulo dorado que crea un rincón sombreado.

El huerto tradicional

El huerto típico, rodeado por una tapia de piedra o de ladrillo, es un oasis de orden dentro de un mundo caótico. Los arriates completamente rectos dividen el espacio en bonitas parcelas perfectamente cuidadas de judías, coliflores, cebollas y guisantes sembrados en hileras que van de norte a sur para
aprovechar mejor las condiciones meteorológicas. Aunque se trata de un lugar dedicado principalmente al cultivo de productos agrícolas, hay algunas flores. Anchas hileras de hierba gatera bajo las guirnaldas de rosas bordean los senderos; otras flores se han plantado sólo para cogerlas. Seguro que habrá
árboles perfectamente armados con sus ramas extendidas sobre un muro soleado o quizá setos formando espaldera que bordeen las parcelas.

Cuando se entra en uno de estos huertos, uno se olvida de los horarios, de las citas con el dentista, del mecánico, de las horas de llegada de los trenes, y se desplaza a un mundo natural donde sólo importa la siembra, el crecimiento de las plantas y la cosecha.

Bordes

Con un borde herbáceo se pretende conseguir un efecto llamativo, animar los adormecidos geranios y las delicadas campánulas. No hay razón por la que las hortalizas y las frutas no puedan conseguir ese efecto igual que las flores. Los mejores bordes, esto se les dice a los jardineros continuamente, son los que tienen mucho follaje. Sólo se necesita cambiar un poco para decidir cultivar una acelga de tallo rojo en lugar de una berenjena, plantar una alcachofa mejor que un acanto o llenar un hueco con lechugas rizadas en lugar de Hosta. ¿Qué puede resultar más llamativo que las lánguidas hojas de los puerros, especialmente la variedad francesa ‘Bleu de Solaise’, brotando entre la verbena roja? Así que sea valiente y láncese. Libere a sus puerros y deje que sus banderas ondeen entre sus flores.

El huerto frutal

Un manzano bien formado en espaldera con una hilera de cebollinos chinos a sus pies refuerza las líneas horizontales del muro de piedra del granero. En zonas frías, una pared de este tipo protege los árboles en flor de las heladas tardías y el calor almacenado acelera la maduración de las frutas.

El encanto de los árboles frutales en espaldera radica en su precisión formal y en que pueden causar un magnífico efecto en el huerto, tanto si están apoyados en un muro como si están atados a unos cables paralelos sujetos a unos postes. Si crecen así, los perales y los manzanos formarán una pantalla protectora alrededor de un huerto frutal lleno de frambuesas, fresas y grosellas. La razón
para cultivar las bayas juntas es que toda la parcela se puede cubrir con una red para evitar así que se las coman los pájaros. No se crea la teoría de que si planta de más para los pájaros, tanto usted como ellos estarán contentos. Los pájaros estarán encantados con la posibilidad de comer más fruta y no le dejarán ni una fresa. Puede conseguir que el huerto resulte más bonito y no tener que colocar una red si instala una especie de glorieta o cenador en el centro con un halcón de goma en el techo.

Un seto alcoholero

Para olvidar las penas no hay nada mejor que un trago de ginebra de endrinas. En el campo, las endrinas son un componente común de los setos mixtos de arbustos, pero no hay razón para no cultivarlas en la ciudad; pueden formar parte de un seto alcoholero, mezcladas con un saúco, que sirve para hacer champán y vino; con mirobálanos, para elaborar licor, y con avellanas, para acompañar el vino. Las endrinas son el fruto del endrino, cuyos brotes espinosos evitan que tanto los animales como los intrusos crucen el seto. Su tronco es oscuro y contrasta con las flores blancas que lo cubren en primavera antes de que salgan las hojas. 

El saúco crece con tanta facilidad que casi parece una hierba, pero si cada año
le poda las ramas más viejas se mantendrá como los otros arbustos. Con los capítulos planos y cremosos que aparecen a principios del otoño son una segunda excusa para hacer alguna celebración. El mirobálano da unos frutos el doble de grandes que las endrinas y la mitad de amargos y son poco apropiados para la elaboración de pasteles pero buenos para hacer licor o vino que, cuanto más se conserva, más se parece al oporto. El avellano, además de sus frutos, tiene unas candelillas muy bonitas. Una vez que el seto esté formado, puede aumentar su potencial para la elaboración de vinos enredándole zarzamoras y uniendo los brotes.

Combinaciones decorativas

Forma, color y textura son los tres elementos que hay que tener en mente para escoger las plantas de un borde de flores. Hay que juntar aquellas plantas que van a realzarse unas a otras, por ejemplo un ejemplar de Hosta de hojas anchas para realzar el elegante fronde de los helechos. Las hortalizas, las hierbas y las frutas tienen cualidades tan diversas como las flores. Claro que estas plantas se cultivan para comerlas, pero mientras crecen se puede sacar más partido de ellas si se combinan de una manera interesante. En lugar de Hosta, repollos; en vez de helechos, zanahorias. Bordee el cuadro de cebollas con pensamientos y el de puerros con pimientos. Si no arranca los puerros, acabarán floreciendo unas enormes cabezuelas plateadas parecidas a las de Allium, lo que no es de extrañar ya que no son sino Allium.



Fuente: EL HUERTO EN CASA
Frutas – Hortalizas – Hierbas
Guía completa para diseñar, plantar y cultivar un huerto productivo y decorativo
ANNA PAVORD

Editorial: BLUME



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