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domingo, 8 de mayo de 2011

Jardinería ecológica

ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines

Como aprender a cuidar nuestro jardín utilizando fitosanitarios ecológicos y otras medidas a adoptar






Jardinería ecológica. La Tierra es un organismo que vive y da vida. El ser humano ha nacido de ella, conviviendo en armonía con sus vecinos, los animales y las plantas, en relación de reciprocidad, de la que todos sacaban un beneficio mutuo. El humano ha sido el único ser vivo que se ha apartado del lado de la naturaleza, iniciando un camino independiente de los demás organismos.

El hombre ha inventado todo tipo de artilugios para aventajar al poder de la naturaleza, en unos casos olvidándola, y en otros sometiéndola. Es cierto que la tecnología ha conseguido avances extremadamente sorprendentes y beneficiosos, pero también otros perjudiciales y nefastos que deterioran el medio ambiente y que dejan un legado desolador a los futuros pobladores de la Tierra.

Química en jardinería: desequilibrio natural

 El caso de la jardinería y la agricultura es tremendamente claro: la utilización, en determinados climas, de plantas foráneas cuyo mantenimiento pasa, por ejemplo, por una desmesurada necesidad de agua; la proliferación de plantación de céspedes sin importar las condiciones ambientales del lugar, dando lugar a riegos excesivos en períodos de sequía; y la utilización de abonos e insecticidas químicos, que aumentan vertiginosamente la producción, y acaban con enormes plagas en muy poco tiempo, pero desgastando el suelo, y en ocasiones contaminándolo.

Todas estas prácticas desequilibran el estatus natural de muchos ecosistemas y, en muchos casos, esto significa la consecución de desastres naturales de mediana o gran magnitud. Los más pequeños incidentes ecológicos se producen todos los días y pasan desapercibidos.

En contraposición, existen quienes, mediante la imitación de comportamientos de la propia naturaleza, pretenden crear cultivos en armonía con el entorno natural, utilizando abonos orgánicos y fitosanitarios naturales. Los abonos orgánicos, creados a partir de la descomposición de desechos naturales, contribuyen al reciclaje y enriquecen la propia tierra. Los fitosanitarios naturales también se elaboran mediante elementos reciclados, o simplemente, a través de la plantación de especies que ahuyentan cierto tipo de insectos, prueba ésta de la sabiduría y autocuración de la naturaleza.

Abonos biológicos: nutrientes que permanecen hasta tres años

 Como ya hemos dicho, los fertilizantes orgánicos se componen de deshechos naturales, generados por la propia actividad de la jardinería, como restos de poda o siega, o frutos maduros caídos, etc.; pero también se consiguen, por ejemplo, con la plantación de ciertas especies vegetales. Existen varios tipos de abonos orgánicos, sin embargo el más conocido, y elaborado a nivel particular es el compost.


Tenemos el caso del abono verde. Se consigue mediante la mezcla de masas vegetales, como restos de siega de césped, con los cultivos. Existe una variante de este abono: la plantación, en rotación de cultivos, de plantas leguminosas, que tienen la facultad de fijar los nutrientes al suelo.

Existen otros como el extracto de algas, muy útil para suelos muy desgastados; el humus de lombriz, creado a partir de los excrementos de la misma, y el mantillo, elaborado a partir de estiércoles animales.



El rey de los orgánicos: el compost

 Se genera con la reunión de deshechos naturales. Toda esta amalgama debe seguir un proceso de descomposiciónantes de ser aplicada a la tierra. En esa fase son tremendamente importantes los muchos microorganismos que poblarán la mezcla, cuya misión es ingerir la materia, y después expulsarla más enriquecida, lo que aportará los nutrientes al suelo más tarde. Este procedimiento tendrá lugar durante todo el tiempo que dure la descomposición, y supone conseguir un abono, no sólo tremendamente rico para la tierra, sino que mejorará la estructura de la misma. Los nutrientes llegan a permanecer hasta tres años en ella.

Existen ciertas herramientas muy útiles para compostar. El compostador es un recipiente de gran tamaño donde poder depositar los deshechos, cuyas características hacen que la descomposición sea más rápida y óptima. También puede sernos de gran ayuda una biotrituradora, que nos sirve para reducir el volumen de los deshechos, así como una criba, que separa el compost ya procesado de elementos como ramitas u hojas aún en descomposición. Además, debemos airear la mezcla de cuando en cuando para que el oxígeno llegue a los microorganismos, que lo necesitan para vivir y trabajar, para ello existen también herramientas especiales en el mercado.

Compostadores: herramienta indispensable

 Es una herramienta introducida muy recientemente en España, y relativamente poco conocida, que nos ofrece la posibilidad de un compostaje correcto, porque crea un microclima óptimo, con unas condiciones de humedad y temperatura perfectas. La primera empresa, y la única especializada, en España en comercializar este tipo de artilugios fue Compostadores.com, hace unos cinco años. Según Montse Comas, "en España no se conocían ni existían", "aquí vamos más retrasados con respecto al medio ambiente, aunque cada vez hay más demanda, pero hay mucha gente que no conoce esta opción ni este tipo de productos".


Existen compostadores de grandes dimensiones, pensados para empresas de jardinería, así como de menor tamaño, para jardines particulares, y también existen los llamados "compostadores urbanos, para gente que vive en la ciudad, que sirven para descomponer restos de cocina, y se pueden tener en el balcón o en la terraza" nos cuenta Montse. También nos comenta que sus clientes son de todo tipo: particulares, empresas, Administración, pero que "cada vez hay más gente concienciada".

Compostadores.com se encuentra en proyecto de fabricación de un nuevo compostador, que es respetuoso con el medio por partida doble: está hecho con los restos plásticos de la recogida selectiva de basuras, pero sólo con aquellos que no son reutilizados, y que ellos recogen para convertirlos, a su vez, en un instrumento de reciclaje.

Abonos naturales muy a mano

 En nuestras propias casas, y generados por prácticas diarias, existen ciertas sustancias que también servirán de abono natural para nuestras plantas:

  
- Al cocer verduras, conservaremos el agua y la dejaremos enfriar. La utilizaremos después para el riego y aportará a nuestras plantas abundantes sales minerales.

- Si disponemos de una pecera, cuando cambiemos el agua, no la tiraremos, también nos servirá para regar añadiendo al sustrato gran cantidad de nutrientes necesarios. 

- También los posos del café o del té constituyen un excelente abono.

Fitosanitarios respetuosos

 Existen diversas maneras de curar las enfermedades o plagas de las plantas mediante la propia naturaleza: disponemos de infinidad de remedios, que van desde extraños brebajes hasta el simple cultivo de algunas especies repelentes de ciertos insectos e individuos indeseables. Sin necesidad de utilizar la química, podemos salvar la vida de nuestros queridos vegetales. Os proponemos algunos truquillos útiles y fáciles de elaborar:

- Contra los hongos: podemos realizar un preparado con ajo y cebolla. Por cada diez litros de agua necesitamos medio kilo de ajos y cebollas machacados, que añadiremos a la misma, y dejaremos macerar durante 24 horas. Colaremos y volveremos a diluir, utilizando un litro de preparado por cada 7 litros de agua. Después aplicamos la mezcla a las plantas afectadas.

- Como ya hemos dicho, existen plantas repelentes de las plagas, como la capuchina, especialmente del pulgón. Con una infusión de hojas de esta planta rociamos aquellas especies que queramos proteger. Además, como planta cultivada aleja a las hormigas.

- También contra el pulgón, el tabaco resulta muy útil, tanto para ahuyentarlos, como para prevenir su aparición. Desharemos unos cuantos cigarrillos rubios en un vaso de agua, dejaremos reposar durante un día, y con la mezcla pulverizaremos las plantas.

- Para eliminar insectos y ácaros, así como sus larvas, una mezcla muy eficaz es la siguiente: una cucharadita y media de café disueltas en un litro de agua, después pulverizar la planta, en especial sus hojas por el envés.

- Contra la araña roja es muy útil empapar en alcohol un algodón y limpiar con él las hojas de la planta. Para prevenirla lo mejor es mantener la humedad, pues prolifera en ambiente demasiado secos, por ello es necesario pulverizar

Otras pequeñas ayudas al entorno natural

 Además de todo esto, existen otras opciones para cultivar nuestro jardín, que son respetuosas con el medio, como por ejemplo el cultivo de plantas autóctonas, que podemos decir que casi se mantienen por sí solas; la sustitución de césped por otro tipo de tapiz, como praderas, plantas tapizantes, gravilla, etc.; o sistemas de riego eficaces, que no derrochen agua, como el riego por goteo.

Existen múltiples maneras de no agredir al entorno natural, y son económicas y sencillas. Nuestra tierra nos pide respeto y comprensión, para recuperar su equilibrio natural y conservar el que aún no se ha perdido. Si utilizamos las técnicas de la jardinería ecológica, nuestro jardín nos lo agradecerá, como también lo harán las generaciones venideras, a las que, si inculcamos la conciencia ecológica, les espera un futuro mucho más rico en recursos naturales.



Fuentes: facilisimo.com

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