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domingo, 8 de mayo de 2011

Jardineria racional. Xerojardinería

ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines

La Xerojardinería y sus técnicas de aplicación a la jardinería, la convierten en que los diseños de los jardines sean Sostenibles





La preocupación por el medio ambiente y la concienciación de la escasez de recursos están cada vez más presentes en todos los ámbitos de nuestra vida.

 La jardinería no podía ser menos, por eso la racionalidad se está imponiendo como la máxima fundamental a la hora de planificar un terreno destinado a cultivos ornamentales. Bajo mantenimiento, especies autóctonas, xerojardinería, sostenibilidad... son conceptos que cada vez se escuchan más en los ámbitos de la jardinería y el paisajismo.

Crear pequeños ecosistemas compuestos de plantas totalmente ajenas al entorno en el que viven es una fórmula botánica en desuso. Para muchos, ya no tiene sentido llenar un parterre de flores exóticas o especies tropicales cuando nos encontramos en lugares donde las lluvias son limitadas. Sobre todo porque nos ocasionaría la necesidad de regar demasiado o tratar con productos químicos el suelo y así conseguir adaptar artificialmente las condiciones ambientales.

El uso de especies autóctonas puede ser la solución a este problema, racionalizando así la utilización de los recursos. Ahí es donde interviene la xerojardinería, un movimiento que surgió en Estados Unidos y que pretende armonizar el uso eficiente del agua con el valor ornamental de las plantas escogidas, entre otra serie de consejos relacionados con la ecología, la eficiencia y la sostenibilidad. Los climas con precipitaciones escasas son los más beneficiados por estas líneas de investigación, ya que no es obligatorio someterse al despilfarro de agua para conseguir bonitos y exuberantes jardines.
Planificación y análisis del suelo

A la hora de configurar nuestro jardín, es importante tener en cuenta las necesidades hídricas de cada especie vegetal. Así separaremos por parterres las plantas que necesiten más agua de las que requieran menos cantidad. Por ejemplo, el césped y los macizos de flores irán juntos y ocuparán poco espacio al ser los que necesitan mayor irrigación. Las especies autóctonas, por su parte, serán las más numerosas, por ser las más austeras en gasto de agua.

Recuerda también que el sol y el viento deshidratan a las plantas. Procura protegerlas con árboles, setos, techos vegetales de trepadoras o elementos ornamentales de madera como pérgolas o celosías; eso sí, siempre teniendo en cuenta las necesidades de exposición solar de cada especie.

Asimismo, es adecuado que analices la fertilidad, permeabilidad, salinidad y acidez del suelo, ya que en virtud de estas variables, vendrán mejor unas plantas u otras. Por ejemplo, los suelos arenosos retienen menos agua que los de arcilla, así que estos últimos son peores para tener un jardín racional. Por otra parte, si necesitas fertilizar tu terreno, no descartes el uso de métodos más naturales de abonado, como es el compostaje.
Plantas adecuadas

Los ejemplares autóctonos, olvidados durante mucho tiempo por los jardineros, enriquecen la diversidad de especies disponibles en cada situación concreta. Para climas mediterráneos, semiáridos o con escasas precipitaciones, existen multitud de variedades que nos pueden ayudar a llenar nuestro jardín de luz y viveza. He aquí un pequeño índice que puede servir de referencia, pero hay muchísimas más:


Trepadoras: buganvillas, clematis, glicina, hiedra, tunbergia, lonicera, guisante de olor...

Plantas y flores: cortaderia, clavel, salvia, cineraria, verdolaga, pimiento, verbenas, vincas, celosia cristata, azulejo, peonia, margarita, geranio, capuchina, hypericum, violeta, clavelina...

Árboles y arbustos: palmera, acacia, ajedrea, arce, higuera, fresno, durillo, olivo, almendro, ciruelo, roble, encina, alcornoque, sauco, madroño, boj, brezo, pino, allanto, taray, rosales, aliso, carpe, almez, espino, plátanos, cedros, cipreses, limpiatubos, eucalipto, enebro, fotinia, laurel, cotoneaster, mirto, lavanda, lantana, yucca, granado….
Césped y sistemas de riego eficientes

¿Es realmente el césped necesario? Ésa es una pregunta reiterada para muchos paisajistas y jardineros, ya sean profesionales o novatos, que ven en este elemento vegetal un verdadero quebradero de cabeza, no sólo respecto a su mantenimiento, sino a los recursos hídricos disponibles y al gasto económico.


Antes de decidirse por esta bonita opción, cabe plantearse la posibilidad de otras alternativas, como es el caso de las plantas tapizantes, funcionales, decorativas y muy asequibles en cuanto a inversión de recursos y esfuerzo. Si en la zona donde vives no llueve mucho, desecha el césped.

Respecto a la administración del agua, siempre que sea posible recurriremos a sistemas de riego automatizados, que nos permitirán mantener el control del agua y temporizar las irrigaciones.
Cómo regar

Si no quieres o no puedes instalar estos sistemas y prefieres hacerlo a mano, debes saber que la resistencia a la sequía no sólo es una cuestión genética, también tiene parte de aprendizaje. Si acostumbramos a la planta a un exceso de riego, estaremos favoreciendo que se acostumbre a excesos de agua. Además, se produce un inadecuado desequilibro entre la parte aérea y la parte subterránea de la planta.


Para fomentar plantas bien adaptadas al clima, lo mejor es regar de un modo abundante y espaciado, más que en pequeñas dosis cada día. No olvides tampoco proceder a esta tarea en las primeras horas de la mañana, ya que éste es el mejor momento.

¿Quién ha dicho que la escasez de agua sea equivalente a un jardín pobre? Como ves, en la austeridad, el consumo eficiente y el uso de plantas autóctonas está la clave para tener un hermoso jardín sin derrochar agua, lleno variadas especies, con mucho colorido y, sobre todo, respetuoso con el medio ambiente sin la necesidad de derrochar agua




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