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viernes, 21 de febrero de 2014

TÉCNICAS DE LA REPRODUCCIÓN POR ESQUEJES

ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES

Entender las diferentes técnicas de reproducción por esquejes



Las formas de reproducción por esquejes son variadas, al igual que las exigencias de los propios esquejes. En función de la porción extraída de la planta madre, se distingue entre esquejes de tallo (los más utilizados), herbáceos, semileñosos y leñosos, así como esquejes foliares y de raíz.

Esta distinción refleja la capacidad, que varía según la planta, de formar nuevos tejidos. Durante el proceso de formación de los nuevos tejidos. Durante el proceso de formación de los nuevos tejidos, uno de los problemas de los esquejes es conseguir que las células de las porciones extraídas vuelvan al estadio de meristemo -típico de la fase juvenil-, cuando en realidad se encuentran en su fase adulta. En el caso, por ejemplo, de los esquejes de tallo, que denem formar las nuevas raíces, el enraizamiento parte del interior del propio tallo, de células adultas que han vuelto a su fase de meristemo. Después del corte, estas células se dirigen hacia el exterior. La capacidad de un esqueje para formar nuevas raíces se denomina potencial rizógeno.

Asimismo, los esquejes de raíces destinados a reconstruir un
aparato aéreo deben de poder desarrollar brotes adventicios, que darán lugar a nuevas raíces. Paradójicamente, para estos esquejes la formación de nuevas raíces puede resultar más difícil que la emisión de brotes adventicios a partir del esqueje de raíz.

Los esquejes foliares, sin embargo, deben reconstruir a la vez las raíces y el aparato aéreo: las células del meristemo primario ya están presentes en ciertas hojas (por ejemplo, en la Kalanchoe bloessfeldiana), donde desarrollan con frecuencia embriones que, una vez separados y colocados en las condiciones adecuadas, podrán formar fácilmente nuevos plantones. en otras especies, como la Begonia rex o la Saintipaulia, los nuevos tejidos se desarrollan a partir de meristemos secundarios, es decir, de células que han retrocedido al estadio de meristemo.

¿Cómo se deben insertar los esquejes en el mantillo?

Aunque pueda parecer innecesario señalarlo, debemos recordar que los esquejes tienen un "sentido"; para evitar colocarlos al revés en el mantillo (un error bastante habitual con ciertas plantas), es aconsejable cortar la base oblicuamente y la parte superior en sentido horizontal.

Esquejes herbáceos

Los esquejes herbáceos proceden de la cima de los brotes jóvenes. En el caso de las plantas arborescentes y arbustivas, los esquejes deben extraerse en primavera y a principios del verano, mientras que en el caso de las plantas herbáceas, pueden hacerse antes, siempre que reciban una protección adecuada.

En una misma planta, los esquejes herbáceos pueden presentar una
mayor facilidad de enraizamiento con respecto a otros tipos de esquejes, pero también una mayor probabilidad de fracaso, ya que contienen una cantidad menor de reservas que les permitan el enraizamiento. Además, sus tejidos, extremadamente acuosos, pueden ser atacados con mayor facilidad por las enfermedades.

El tamaño de los esquejes varía de una especie a otra: por lo general, se deben extraer trozos de 5 a 7 cm de longitud; en ciertas plantas, como en el caso de los brezos, es suficiente con extraer esquejes de 2 cm, mientras que otras necesitan esquejes más largos. El diámetro también varía en función de las especies: desde algunos milímetros hasta aproximadamente medio centímetro.

Esqueje de tallo de geranio (Pelargonium)

Algunos esquejes herbáceos pueden arraigar al aire libre, en la tierra, pero, en general, es preferible trabajar en entornos protegidos y en cubiletes simples, bandejas o cajas pequeñas.

Para cortar los esquejes herbáceos, debemos utilizar cualquier utensilio cortante (cuchillo o tijeras) que esté bien afilado para efectuar un corte limpio. Los esquejes deben cortarse siempre por
debajo de una yema bien formada o un brote, en sentido transversal, evitando dañar la yema. Únicamente en el caso de algunas plantas, como la Clematis, los esquejes deben extraerse entre dos nudos o brotes. En otras, en cambio, el corte puede efectuarse a mano, sin utilizar ningún utensilio.

En el caso de las plantas que producen linfa o látex (como Ficus o Euphorbia), hay que usar productos cicatrizantes, como el carbón vegetal.

Una vez cortado el esqueje, debemos eliminar las hojas de su base y, en la mayoría de los casos, también las hojas apicales, dejando únicamente las intermedias: gracias a la fotosíntesis de estas últimas la planta podrá elaborar elaborar la nueva sustancia orgánica que servirá para la formación de las raíces.

Los esquejes "de cabeza", en cambio, son aquellos en los que
dejamos las hojas y los brotes apicales: no todas las plantas son aptas para esta técnica, que está indicada sobre todo para plantas perennes y plantas de interior. El problema principal es que los tejidos apicales son bastantes delicados y ricos en agua, y por ello están especialmente expuestos a las enfermedades criptogámicas.

En el caso de las plantas con flor, en cambio, debemos escoger los ramos que no tengan flores o capullos y, si es posible, los que estén en crecimiento vertical.

Una vez cortados, los esquejes deben plantarse inmediatamente; si esto no es posible, se conservarán en un medio fresco (como por ejemplo, papel de periódico húmedo, bolsitas o cubiletes de poliestireno, cartón ondulado o, incluso, un vaso de agua) para limitar la transpiración y evitar la pérdida de turgencia. En
cualquier caso, es aconsejable no esperar más de 24 horas. Para ciertos trasplantes herbáceos, por ejemplo las plantas con tallos huecos, también es conveniente guardar una parte del ramo portador, que facilitará el enraizamiento.

En las especies que arraigan con dificultad, se utilizan hormonas de enraizamiento y, en ese caso, los esquejes deben plantarse inmediatamente de haber sido tratados. También es necesario aplicar un tratamiento fungicida mediante productos en polvo.

Para plantar los esquejes se debe realizar un agujero en el mantillo con la ayuda de un palo puntiagudo o con el dedo; luego se introduce cuidadosamente el esqueje intentando no doblar o dañar el extremo; seguidamente, se coloca en posición vertical y se entierra aproximadamente un tercio de su longitud. Las hojas no deben de tocar el mantillo y deben estar a una distancia suficiente del sustrato.

La distancia que debe haber entre dos esquejes varía en función de su tamaño: el único criterio que hay que seguir es intentar que las hojas no se toquen. el enraizamiento tardará más o menos tiempo
dependiendo de la planta: en general, tarda de diez días a un mes. Después del enraizamiento, los plantones deben ser trasplantados inmediatamente; si esto no es posible, es aconsejable suministar abono líquido a los mantillos de enraizamiento, ya que contienen pocas sustancias fértiles. Además, una vez por semana se debe realizar un tratamiento con productos fungicidas.

Durante las primeras fases, y hasta que los esquejes estén bien arraigados, hay que evitar la luz directa del sol.


Fuente: La reproducción por esquejes. A Colombo. 
Editorial. De Vecchi




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